Del sector energético dependen prácticamente todos los sectores económicos del país, por lo 
que debe ser considerado como un sector estratégico. 
España tiene una enorme dependencia energética internacional de petróleo y sus derivados y 
de gas natural, no tanto en hidroelectricidad y otras energías renovables; por otro lado, nuestro 
país ha tenido históricamente uno de los niveles más reducidos de intensidad energética 
primaria con relación a Europa, y tiene también un menor consumo energético per cápita. 
En los últimos años, los mayores incrementos de demanda de energía eléctrica se han 
producido en las zonas Sur, Levante y Centro, y se prevé que esta tendencia continúe en los 
próximos años. 
El sector energético es uno de los responsables del cambio climático, pero a su vez también 
éste incide en él. Se detecta fundamentalmente una relación de dependencia de los consumos 
de gas natural (en invierno) y de electricidad (todo el año) respecto de la temperatura del aire; 
así, inviernos más cálidos provocarían menores consumos de ambos mientras que veranos 
más calurosos provocarían incrementos en la demanda de electricidad; se observa una pauta 
creciente en la demanda media de energía eléctrica ante variaciones positivas (negativas) de 
un grado centígrado en la temperatura en verano (invierno). 
La previsible disminución de precipitaciones afectará a la estructura de la oferta de 
hidroelectricidad, así como a determinadas centrales térmicas y nucleares refrigeradas en 
circuito abierto. 
La cogeneración, la energía eólica y los ciclos combinados que utilizan gas natural (que es una 
fuente energética menos contaminante) representan una cierta alternativa. El resto de las 
renovables se encuentran aún en fases iniciales de aprovechamiento. 
En los últimos años se están presentados múltiples propuestas administrativas para el fomento 
tanto de las energías renovables como para el incremento de la eficiencia energética, como el 
Plan de Fomento de las Energía Renovables, y la Estrategia Española de Ahorro y Eficiencia 
Energética, asimismo, se detectan actuaciones de los mercados financieros para paliar los 
efectos que las oscilaciones climáticas pueden provocar en los distintos sectores económicos. 
Se presentan distintos indicadores para la detección del cambio climático en su relación con el 
sector energético; cabe destacar, entre ellos, el consumo de energía final y la intensidad 
energética final, así como los referidos específicamente a electricidad, sobre todo los consumos 
doméstico e industrial tanto en refrigeración como en calefacción; son necesarias, sin embargo, 
ciertas modificaciones en la información suministrada por las compañías, así como un análisis 
en profundidad de los factores que intervienen en la evolución de los indicadores y las 
repercusiones particulares del cambio climático en cada sector de actividad económica.
      
  Año de publicación
2005
      
  Publica
Ministerio de Medio ambiente, Gobierno de España
      
  Idioma de Publicación
Castellano